La semana pasada exploramos el tema del líder que se va. ¿Y qué hay con las personas que se quedan en la organización? Llenar el vacío y aprender cómo seguir adelante ante la salida de nuestros colegas o líderes de confianza puede ser un gran reto, tanto para los líderes, sean nuevos o no, como para los miembros del equipo en cualquier nivel de la organización. El temor, la frustración y en algunos casos el enojo están en el aire y cada grupo regresa a lo que mi mentor,Will Schutz, llamaba la fase de inclusión. Es decir, nadie está seguro de realmente pertenecer aquí.
En esencia, el grupo ya no es el mismo. Cualquier cambio en estructura, composición del grupo, tarea principal, traerá a cada integrante de regreso al punto de preguntarse si las personas realmente están comprometidas aquí, si la tarea compartida vale la pena, si es seguro sentirse parte de este equipo. Si te han dado una posición de liderazgo en una situación similar, por lo que más quieras no hagas como que no ha sucedido nada. Te pesará con el tiempo no haber facilitado espacios para que se realice la transición de pasado a presente, de añoranza a visión de futuro. Reflexiona acerca de cómo puedes seguir adelente y cómo pueden hacerlo los integrantes del equipo. Encuentra maneras de valorar el pasado por su propio mérito y aprender de lo que ha traído a la organización hasta su estado presente. Balancea eso con una saludable dosis de pensamiento progresivo y acción inmediata.
Sin duda representa algunos retos regresar a la actividad relevante con tánto ruido en el fondo. Aunque, por otra parte, ¿cuánto tiempo quieren invertir en un presente que rápidamente se vuelve pasado? Por supuesto que es importante reconocer tus reacciones y sentimientos al respecto, así como los de los demás. Mientras estés en esta organización, te será más útil moverte hacia adelante. Así que exploremos aquí algunas cosas que quizás quieras trabajar o ayudar a otros a analizar:
- ¡Tú eliges estar aquí! Todos lo hacen. Es tu elección cotidiana estar a bordo de esta nave. Si te sientes atrapado, encuentra lo que necesitas para estar plenamente aquí. Si otros lo sienten, explora con ellos qué partes del trabajo les inspiran, les hacen querer participar activamente en el resultado final. Elige quedarte en el presente, sin temer al pasado. Puedes aprender mucho mirando hacia atrás, pero solamente lograrás moverte en el presente. Asegúrate de no caer en el error de congelarte en el pasado, en lugar de vivir las acciones que en este momento se requieren.
- Aprovecha tus fortalezas y las de otros. De cara a los grandes cambios, algunas fortalezas que antes no se valoraban o que simplemente no tenías oportunidad de demostrar pueden resultar ahora relevantes y aplicables. Descubre qué habilidades puedes traer a la mesa y disfruta ofreciendo tus contribuciones únicas al equipo cuando menos lo esperan. Descubre también lo que otros pueden aportar y que sea nuevo, refrescante, sorprendente. ¡Busca en dónde hay una oportunidad de que demuestres tu carácter, habilidades, conocimientos, trabajo en equipo! Estar en modo de descubrimiento de aterrizará, te mantendrá en el presente y presentará esperanzas ante la realidad actual.
- Apoya al nuevo liderazgo para que se dirija al futuro. Así como el líder que sale hace bien en pasar la estafeta, depende totalmente de los nuevos líderes que éstos la acepten de verdad. Y de los que permanecen en la organización, depende que realmente sigan, que contribuyan y otorguen su poder a aquellos que ahora asumen el liderazgo. ¿Quieren una mejor transición? No alimenten una cultura de borrar el pasado o culpar a los ausentes de todo lo que pueda surgir. No se requiere de la ruptura para explorar nuevas maneras de ser y de hacer. Solamente de ser honesto y directo. De explorar las posibilidades que antes no eran factibles, o no se tendían a escuchar. Las personas se sentirán llenos de energía si se plantea el universo de posibilidades de manera consistente, rompiendo patrones anteriores. Si no se ocupa demasiada energía en procurar destruir lo que antes funcionaba. Tomar el liderazgo, formal o no, implica decidirse por nuevas formas de hacer las cosas, de ser audaz y propositivo, de estar conciente de lo que hoy es y lo que mañana puede ser.
- ¡Que inicie la aventura! Al enfocar las energías de la organización en el camino que se abre frente a ustedes y en lo que quieren lograr, así como dónde quieren empezar, se despertará la participación y el compromiso. Vive de lleno esta aventura. Después de todo, ya habrá un momento para corregir el curso. Lo de hoy es salir de puerto. Involucra a las personas en lo que sucede, invítalas, participa activamente y haz participar. Usa las memorias de glorias pasadas como punto de partida para reconstruir lo que se requiere y ambicionar lo que antes no se concretó. Recuérdate a ti mismo y a los demás que ahora son libres de lo que fue y constructores de lo que será. No es momento de titubear. La organización requerirá de un avance claro y de personas interesadas en ser parte de ese avance. Tampoco es momento de ser dictatorial. Hay que aclarar las reglas y definir expectativas a la vez que se deja espacio para esuchar.
En suma, ¡energiza la transición! Quedarse mucho en el pasado no beneficia a nadie, pero hacer como que no sucedió asegura que cueste el doble de trabajo dejarlo atrás. Imagina lo que quieres que hagan tus sucesores cuando tú hayas partido. ¿Cómo querrás dejar huella? Se necesita un gran ser humano para no tener miedo de continuar tras el éxito de otro. No importa cuánto haya salido mal, es lo que salió bien en la gestión anterior lo que genera temor. ¿Podrás superarlo? Solo el tiempo lo dirá…¡esa sí que es una gran aventura!