¡La increíble, magnífica y elusiva inspiración! Hablamos de ella como si apareciera de repente, sin aviso y nos llenara de ideas para seguir adelante… cuando le da la gana. ¿Y cuanto no? Ahi estamos nosotros, sin rumbo y sin sentido. Persiguiendo una musa que no aparece en el horizonte y frustrándonos porque no hay cómo llamarla.
Una idea romántica, sin duda, pero de ninguna manera real. Las personas más inspiradas del planeta tienen algunas cosas en común. Saben ir por la inspiración cuando la necesitan, saben crear prácticas que la atraen y consistentemente la encuentran cuando la necesitan, más por disciplina que por suerte. Hablemos de algunas formas de encontrar inspiración que están al alcance de todos nosotros:
El entorno está lleno de ideas. Si nos damos a la tarea de buscar inspiración en lo que nos rodea, podemos encontrar palabras, imágenes, elementos en nuestro entorno que nos inspiren. Recientemente pedí a mis alumnos de una clase que eligieran 3 objetos que representaran el sueño que estaban describiendo al grupo. Tuvieron 5 minutos para traer esos elementos y conversar con un grupo pequeño. Invariablemente las conversaciones de los participantes resultaron más ricas que cuando simplemente trataban de describir su sueño al otro. Esta asociación «libre» o más bien forzada entre objeto e idea genera en el cerebro conexiones que de otro modo no se harían. Así, puedo aprovechar elementos diversos para encontrar inspiración. Por ejemplo, ¿qué música se relaciona con lo que busco? ¿Qué colores o imágenes? ¿Qué sabores? ¿Qué palabras? Coleccionar elementos que parecieran divergentes despierta la creatividad y alimenta la inspiración. Se trata de actividades al margen de la exploración central pero que permiten regresar a la exploración en algún momento.
La genialidad aparece en la distracción. Es bien sabido que entre más buscas la inspiración de manera directa, menos llega. Esto es porque buscamos una solución «inspirada» y no una común. El enfoque es útil cuando le damos a la mente una tarea repetitiva o que se infiere de tareas anteriores. Para encontrar una nueva solución, un inicio distinto o un diseño original, es necesario alejarse un poco de la búsqueda sistemática de la solución. Esta evocación sucede cuando estamos abiertos a la experiencia de encontrar inspiración en lugar de estar centrados en un resultado esperado. Por eso, muchas personas reportan que estaban ya haciendo «otra cosa» cuando de pronto encontraron una chispa de inspiración. Esta operación, llamada evocación, sucede aún más fácilmente si sabemos cuáles distracciones producen ese efecto en nosotros. ¿Nos inspira movernos? ¿Caminar en la naturaleza? ¿Meditar? ¿Cocinar? ¿Dibujar? ¿Qué acciones sirven de distracción activa y remanso para alejar al cerebro del pensamiento sistemático, abriendo el umbral del pensamiento intuitivo.
Las personas son fuente inagotable de inspiración. Observar, escuchar y entender a otros despierta inspiración porque plantea un camino heroico desde donde estaba antes a donde ahora se encuentra. El efecto se logra leyendo biografías de gente admirada, viendo documentales o conversando con cualquier persona mostrando genuino interés en cómo desarrolló sus habilidades, cómo llegó hasta aquí o cómo descubrió sus pasiones. No es necesario que sea alguien que admires, sino que te admires de quién es ese alguien.
El arte es antesala de inspiración. Nada como el arte para movernos, generar reacciones y despertar inquietudes. Para unos es el cine, la escultura, la música. Cualquier medio de expresión que se vea con los sentidos abiertos puede servir de inspiración. De preferencia, por las razones que explicamos antes, de un arte distinto al que practica quien quiere inspirarse. Música para el arquitecto, grabados para el músico, pintura para el empresario. Observar el arte queriendo entender al artista o a la propia reacción son formas válidas para encontrar inspiración.
Estas son, por supuesto, solo algunas ideas y puntos de partida para encontrar inspiración. ¿Cuáles son las tuyas?
Te comparto este video en el que Philip VanDusen explora 7 formas en que él genera inspiración. (en inglés):