Si has estado leyendo este blog o me conoces de algún otro modo, sabrás que el pensamiento positivo es parte importante de lo que hago y de la forma en que yo misma vivo.  El pensamiento positivo puede ser una poderosa herramienta de transformación que proporcione un marco de referencia para la productividad, la felicidad, el logro.  Inclusive propongo que aprender de los propios aciertos es muchas veces más efectivo que enfocarse a enmendar los errores. Aún así, considero que es importante enfocar cómo es que está sirviéndote o no el pensamiento positivo, con respecto a que te permita acercarte a los logros que te propones.

En su aspecto más útil, pensar positivamente abre posibilidades.  No se puede construir una visión de futuro interesante y poderosa sin pensar positivamente. Crear este tipo de visiones es parte importante del liderazgo, del trabajo en equipo y de la vida misma.  Te lleva a un ciclo de  pensar-hacer o pensar-mover que resulta tan productivo como agradable y energizante.  Es motivador y eficiente.  Te presenta una posibilidad en la que eres quien puede construir tu visión y tus acciones expresan esa forma planteada de ser. Construye un elemento importante de la acción productiva: la esperanza.  Sin esperanza en el futuro, no hay motivación para construir posibilidades.  Sin conciencia de que las acciones contribuyen a ese futuro, no se emprende una transformación personal que guíe los propios actos.  La esperanza en este caso energiza a quien la tiene, le invita a hacer planes y llevarlos a cabo, le mueve a esforzarse por ser mejor, por lograr lo propuesto en su visión, por buscar otros caminos cuando los que sigue se ven bloqueados.

El tropiezo viene cuando la perspectiva positiva lleva, no a la reflexión de cómo se construye una visión, sino al pensamiento mágico.  Cuando se cree que solo por pensar positivamente todo saldrá a pedir de boca.  Cuando se vuelve más de forma que de fondo.  En lugar de llevar a pensar-mover, este pensamiento crea un ciclo de pensar-congelar o pensar-esperar. Al fondo de esta falta de acción se encuentra un miedo oculto: el temor de que no importa qué se haga, no se puede impactar al entorno.  Las personas que inconscientemente no se sienten capaces de efectuar un cambio en el status quo tienden a abrazar este estilo de pensamiento positivo.  Son supersticiosos al respecto.  Ante el sentimiento de incapacidad personal eligen la negación y abrazan la creencia de que “todo va a resultar bien” como una forma de no enfrentar su propia impotencia ante el mundo.  Como dice el chiste, si piensas en ganar la lotería, primero necesitas comprar boleto.

Tener fe en que el entorno conspire con uno no es una mala práctica. Especialmente porque te llevará a actuar con más confianza, a avanzar con fé y seguridad, a tomar decisiones valientes y caminos inexplorados. La fe puede mover montañas, o sumirte en el oscurantismo más profundo.

Es importante que tengas fe en ti mismo y esperanza en el futuro.

Para que ésta sea productiva,

  • Observa si tus pensamientos te mueven o te congelan.
  • Conócete a ti mismo y haz frente a tus temores. Todos nos sentimos impotentes en ocasiones.  Tenemos temor de no lograr los objetivos, de ser ilusos, de quedar mal con los demás y con nosotros mismos.  Elige reflexionar sobre esto en lugar de negarlo.
  • Acepta tus temores y llévalos contigo. Tener temor no implica congelarse. Nuestros temores están diseñados para protegernos.  Podemos tomarlos en cuenta, encontrar formas de sentirnos protegidos y seguir adelante con todo y ellos.
  • Visualiza un futuro positivo. Haz de ello una práctica. Si te descubres pensando lo peor, no temas.  Reconoce la imagen de pesadilla y construye también otra en la que todo salga bien.  Lo más probable es que la realidad caiga en algún punto intermedio entre las dos, pero contrastarlos te dará una perspectiva más balanceada.

En suma, hazte cargo de tus pensamientos positivos y cómo los manejas. Observa si te mueven o te congelan. Aprende. Conócete. Decide que tus pensamientos te muevan, te inspiren y te lleven a construir todo lo que deseas. ¡Eso sí es pensar positivamente y de manera productiva!

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9 Replies to “El Pensamiento Positivo Puede Ser Tu Perdición.”

  1. Quiza fuera mejor hablar de pensamiento productivo como concepto central. Por otra parte, creo que es importante reflexionar sobre diversos escenarios y no solo los positivos. En esta reflexión, lo clave es la relación emocional que tengo con cada uno de los escenarios que exploro.

  2. Estoy de acuerdo con el concepto. Yo creo que para ser un lider excepcional debes ser un optimista con pensamiento positivo.
    También creo que no aprendemos lo suficiente de nuestros éxitos porque reflexionamos poco acerca de estos. Por naturaleza reflexionamos mucho nuestros fracasos y terminamos aprendiendo algo de estos. Los éxitos nuestros o de otros en realidad nos marcan el camino a seguir pero con mucha frecuencia lo ignoramos.

  3. Me gusta la idea y el razonamiento…
    En lo personal el pensamiento positivo más que como esperanza, lo ocupo como tomar lo bueno de las cosas: siempre que uno se cae, siempre que algo se sale de lo común o una oportunidad nos llega, tenemos la opción de ignorarlo/aprovecharlo/tomarlo/enojarnos/criticarlo, etc.
    El pensamiento positivo para mi consiste en tomar decisiones positivos respecto a lo que nos enfrentamos: si ya salió mal, tomar lo que aprendí; si no funcionó, saber porqué; si no es como yo esperaba, ¿qué me puede dar bueno y qué puedo mejorar para después?; algo desconocido, aprenderlo; si es algo q no me esperaba, ya está aquí ¿de qué me puede servir?.. Es más una idea de que todo (bueno o malo) pasa por algo que yo puedo tornar en algo bueno.

  4. Me gustó el post, porque me considero un optimista irredento (sin remedio), pero a pesar que en algunos terrenos soy un hacedor de cosas, en otros me quedo en el limbo (donde vive el pensamiento magico), es posible encontrar el pensamiento positivo-productivo, vamos tras él!

  5. Hola,

    Gracias por el artículo.

    Sin duda, el Pensamiento tiene influencia sobre nuestro entrono. Debemos cuidar bien nuestros pensamientos, asegurarnos de mantener siempre una actitud positiva.

    Y me gustó mucho lo que dijiste en cuanto al pensamiento mágico, no es lo mismo soñar que fantasear.

    Me gustaría invitarlos a tomar este Test de Pensamiento Positivo.

    Así examinar e identificar nuestros hábitos de pensamiento para poder corregirlos.

    Saludos a todos,

  6. Yo siempre he sido optimista y me gustó mucho la reflexión sobre el pensamiento que guie a la acción y no a la espera. También estoy segura que el optimismo se contagia y se permea en las personas de tu alrededor. Es muy fácil identificar a las personas a las que todo le ven el aspecto negativo y siempre esperan lo peor. Generalmente a esas perasonas les pasa lo que esperaban.

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