La semana pasada publicamos en este Blog el artículo La nueva era del liderazgo: LÍDERES AUTÉNTICOS. En él, miembros de The Q Faculty explican la evolución que ha tenido el liderazgo en los últimos años. Mencionan que se ha quedado atrás la figura del líder como un héroe para dar paso a líderes más humanos y cercanos a su gente. Los especialistas de The Q Faculty concluyen que la autenticidad es el camino que deben seguir los líderes del momento.
Sin embargo, Herminia Ibarra menciona en el artículo La Paradoja de la Autenticidad (The Authenticity Paradox) -publicado en Hardvard Bussiness Review– que las personas que son muy “honestas con ellas mismas” corren el riesgo de estancarse en comportamientos que les resultan cómodos, evitando nuevos retos y sin evolucionar su estilo de liderazgo conforme ganan perspectiva y experiencia.
“Una persona que defienda con toda su fuerza una definición muy rígida de autenticidad puede tener problemas con ejercer un liderazgo efectivo. Un ejemplo de esto es que se pierde credibilidad y efectividad como líder si divulgo todo lo que pienso y siento, especialmente cuando no he sido probado.” (Ibarra, 2015)
Personalmente estoy de acuerdo, pero entonces ¿qué debo hacer?
El liderazgo no es estático, cambia y debe moverse para encontrar cosas mejores y más grandes. No dejo de ser auténtico si decido salir de mi zona de confort, o si me muestro seguro en una situación en la que me siento vulnerable. Tampoco dejo de ser auténtico si no digo TODO lo que pienso y siento.
Es parte de tu autenticidad elegir la forma en la que vas a actuar. Elegir qué, cómo, cuándo y a quién decir lo que sientes y piensas. Para esto será importante explorar, conocerme y entenderme. Siempre puedo decidir cómo me comporto, así que puedo elegir también ser fiel a la imagen que estoy construyendo de mí mismo en el futuro… actuar como la persona que quiero ser.
¿Tú qué piensas?