Un gran líder deja huella en todo lo que hace. Es tan poderoso al partir como lo es al llegar. Se puede sentir su presencia en lo que otros hacen tras su partida. ¿Cómo experimentan los líderes y los que quedan atrás el adiós? En las organizaciones, como en la vida, el cambio es algo de todos los días. Un líder que se va es una fuerza poderosa a considerar. Muchas veces no reconocemos el impacto de su partida. Como líder, porque eres humilde y conoces el valor de tu equipo. O estás disgustado y tienes tus propios problemas en mente. Como colaborador, porque no tienes el poder de cambiar las decisiones corporativas y puedes estar enojado, temeroso o sintiéndote desvalido por el momento. Como organización, porque nos enfocamos a lo que tiene que hacerse, en lugar de a cómo podemos inspirar a las personas.
Yo he tenido mi propia experiencia con esto además de ser testigo de muchas instancias con mis receptores de coaching o como consultora organizacional. La partida de un líder es un asunto clave y debe tomarse así. Es importante cuidar que la transición sea tan productiva como sea posible. Especialmente si eres el líder que se va.
Cualquiera que sea la razón de tu separación, asegúrate de celebrar lo que has logrado aquí y lo que han conquistado juntos. Esto resulta especialmente retador si no te vas en buenos términos con la organización, pero es necesario para preservar el legado que has creado y más aún, para empoderar a quienes se quedan detrás y que puedan continuar con el trabajo que los ha inspirado día con día. ¡Te lo debes a ti mismo, a tu misión y a los otros que te han ayudado a construir tu visión! Es de primera importancia que logres cerrar con integridad y conciencia. Revisemos algunos puntos que no deben faltar en tu lista de pendientes:
- No desaparezcas. De algún modo apropiado, asegúrate de tener el tiempo y la ocasión de despedirte. Si no te lo dan la organización y las circumstancias, encuentra un modo personal de decir adiós con un apretón de manos, una nota, algún mensaje a las personas que extrañarán tu presencia. Recuérdales lo que representas al ser consistente con tus valores hasta el último día y hacerles ver que lo que construyeron juntos sigue vivo.
- Habla con las personas sobre sus Fortalezas. La mayoria de tus colaboradores regresarán a la fase de inclusión con tu partida, y se sentirán inseguros de su propia permanencia, ya sea por decisión personal u organizacional. Asegúrate de ayudarles a reconocer lo que tienen para ofrecer, lo que les distingue y lo que valoras en ellos. Refuerza su habilidad para hacer la diferencia y para expresar lo que traen a la mesa con quien quede en el poder. Haz esto incluso con las personas que te ha sido difícil dirigir. Este no es momento de detenerte a recalcar sus fallas. Si los dirigiste bien, habrás dado retroalimentación continua y estarán más que concientes de sus dificultades y retos. No des por obvias sus fortalezas porque probablemente las desconocen.
- Deja llano el camino al nuevo liderazgo. De toda forma que puedas, pasa la estafeta. Haz fácil la transición para los que se quedan al hacer espacio para la emergencia de un nuevo liderazgo. Deja las cosas de tal manera que tu ausencia sea motor de transición y no fuente de desamparo. Hay muchas maneras de lograr ésto y fuecuentemente es difícil asegurar la continuidad en medio de una cultura que deshecha el pasado o echa todas las culpas a los predecesores. Cumple con todo lo que esté en tu poder para este efecto.
- Déjalo Ir. Permanecer en el pasado no ayudará ni a tu futuro, ni al legado que dejaste. Deja que el tiempo sea tu amigo y el suyo. Las semanas, meses y años después de tu salida no son el momento para hacer sentir tu presencia. Deja suficiente espacio de por medio para que puedas seguir adelante. Si has hecho bien tu trabajo y tu liderazgo es sólido, nada podrá borrar lo que hiciste. Si no, nada lo hará permanecer. De todos modos, es tu momento de partir y el futuro te espera. Pon toda tu atención en ir hacia adelante, en lugar de vivir en el pasado.
Hay más de una manera de realizar cada uno de estos pasos y confío en que encontrarás la propia. ¡Que tu transición sea tan pacífica y productiva como lo que dejas atrás! Toma de la experiencia lo mejor, aunque sean tiempos difíciles. Esto es algo que la mayoría de nosotros experimentará en algún punto de su vida laboral. ¡Sé líder, con todo lo que tienes…aún en tu partida!
Honrar el pasado
Cuando miro hacia el pasado, mis jefes aparecen como parte integrante de lo que soy actualmente. Todos sin excepción dejaran un legado. No importa si son los que clasificaría como ¨buenos¨ o ¨malos¨. O se hicieran mis tareas ¨fáciles¨ o ¨difíciles¨. Todos son responsables por ayudarme a aprender y crecer. Así que honrar las partidas es igual a honrar estas experiencias y la construcción del individuo que estoy por venir a ser.
Gracias por tu comentario, Pedro. Reconocer esto te fortalece y te hace el gran líder y la persona que eres.