Últimamente me doy cuenta de que las personas PIENSAN en tener un coach o un mentor, pero muchas veces no se atreven a «cerrar el trato» por diversas razones. Quizás les preocupa si de verdad les va a servir, no saben aterrizar lo que requieren, les da pena, o temen equivocarse al elegir. Estas son consideraciones válidas y que hay que considerar, pero no deben evitar que puedas tener a alguien que te apoye en tu camino. Como sabes, yo tengo un modelo de coaching y certifico gente continuamente. También, como coach, me doy cuenta que las personas más exitosas que conozco suelen tener al menos un coach y un mentor vigentes en su vida. Ellos saben el valor que pueden dar estas relaciones e incluso, muchos son mentores o coaches de otros porque quieren regresar al mundo lo que han aprendido.
Dicho esto, ¿sabes la diferencia entre un coach y un mentor? Aquí te comento algunos puntos clave para que los consideres al elegir. Y recuerda, SI se trata de elegir, pregunta por ahi, entrevístalos, verifica cómo te sientes con ellos. Lo más importante de estas relaciones es que haya un buen «match», una conexión clara y que te sientas en confianza con ellos. No te dejes presionar para elegir uno o lo escojas solamente porque le sirvieron a alguien más. Se trata de ti y tú eres el experto en tí.
El balance de poder de la relación es distinto.
El coaching, en el mejor de los casos, es una relación igualitaria, de ser humano a ser humano. Lo más importante que te aporta un coach es su autenticidad y su energía, su tiempo, su honestidad. Si bien puede ser admirable para ti, los mejores coaches se especializan en sacar lo mejor en otros y saben que el coaching se trata de tí, no de ellos. Por supuesto que su historia y su perfil son importantes pero lo más crítico es que puedas hablar con ellos de cualquier tema con la confianza de que te va a escuchar y va a acompañarte a considerar opciones. Recuerda que los coaches te acompañarán a salir de tu zona de confort frecuentemente, así que no siempre te darán por tu lado. Es mejor si eso sucede con alguien que está a tu lado y no con quien tenga sentido de superioridad. Que te invite, no que te empuje, que te rete de la manera en que mejor reaccionas.
Por su parte un mentor tiene una posición distinta con respecto a su receptor o «mentee». El mentor es alguien que ya ha recorrido el camino en el que tú quieres estar. Es más experimentado que tú y es un ejemplo para ti. Estar cerca de él te permitirá aprender en «cabeza ajena» un poco en lo que tomas más experiencia. Puede evitarte dificultades escuchar sus consejos. La generosidad del mentor es muy importante, en sus conocimientos, en sus perspectivas. Los mejores mentores quieren que vueles sin ellos en algún momento y están dispuestos a acompañarte hasta entonces. Ese es el enfoque de los mejores entrenamientos para mentores.
Llevan una metodología.
Otro tema importante a considerar es que los coaches típicamente llevan una metodología de trabajo. Más que la marca de sus certificaciones o estudios, es importante preguntarles qué enfoque quieren seguir contigo. ¿Están orientados a la acción? ¿Se enfocan en un modelo de conciencia, inteligencia emocional, programación neurolinguística, producción de resultados? Está bien que preguntes al coach de dónde a dónde irá en el tiempo que pasarán juntos, cuánto tiempo anticipa que dure el proceso, qué metodología sigue (que la explique, no que la enuncie) y qué puedes esperar de las sesiones. Los mejores coaches hablan claramente de sus metodologías, te explican con claridad porqué sirven y qué beneficios tienen para ti. No solamente están capacitados en la forma de hacer el coaching sino que han practicado y dado resultados con su modelo, o están bajo la mentoría de otros para apegarse a él.
Un mentor más bien te abre sus cartas, te muestra cómo es que ha hecho las cosas, te comparte sus historias, te explica lo que está haciendo y porqué. Si establecen reuniones continúas, puedes preguntarle, pedir su consejo y ahondar en lo que esa persona ha hecho o está logrando. Suelen ser menos enfocadas a la metodología y más orgánicas. Incluso un mentor profesional, que cobre por sus servicios, va a buscar estar disponible para ti, dedicarte tiempo y revisar qué es lo que necesitas o cómo puede darte información y acceso que no son aparentes para cualquiera. Muchas veces se piensa que los mentores no cobran dinero sino intercambian aprendizaje y eso puede ser cierto, puedes acordar con alguien que admires que te deje estar cerca, o simplemente acercarte e ir creando la relación con el tiempo. Los que profesionalizan la relación muchas veces lo hacen porque tienen muchas peticiones de mentoría o tiempo restringido y por ello. Eso no los hace mejores o peores mentores.
Tienen ética y valores que se les notan.
Tanto para mentores como para coaches, sus intenciones con respecto a ti deben ser claras. Y sus valores y ética se les notan en la vida que llevan, la forma en que se presentan, la reputación que tienen. Ni coaches ni mentores tienen que llevarte a donde ellos quieren sino a donde tú quieres llegar. El RESPETO es un valor central en cualquiera de las dos relaciones. Mi preferencia personal es que sean seguros de sí mismos pero no necesariamente arrogantes, aunque confieso que algunos de mis mentores han sido más arrogantes de lo que quisiera y les aprendí mucho. No está en ellos, sino en tí que no los endioses, sino que los veas como personas valiosas simplemente, seres humanos que pueden estar más avanzados que tú y llegaron a eso porque hicieron mucho trabajo.
Además del respeto, la honestidad también tiene que ser parte de sus valores centrales. Y no solamente porque lo digan sino porque es claro cuando hablan de sí mismos y sobre todo cuando otros hablan de ellos. Si no puedes confiar en tus coaches o mentores, es mejor seguir tu camino.
La confidencialidad es parte importante del proceso de coaching. El coach es alguien que está de tu parte, y con quien podrás hablar de lo que sea sin que esas conversaciones salgan del espacio del coach. Si tu coaching es organizacional, si lo contrató la empresa para ti, pregunta qué reportes dará a la empresa. Éstos pueden contener avances en productividad, mediciones que tú autorices, pero no temas que se conversaron, por ejemplo. Este es un tema importante a aclarar. El coach nunca debe percibirse como una extensión de la autoridad. Inclusive cuando entreno coaches para hacer su labor internamente, les recuerdo que al «cambiar de sombrero» entre ser jefe y coach por ejemplo, es importante recordar que lo hablado es absolutamente confidencial. Si el coach te comparte información de otros con nombre y apellido, huye y cuéntaselo a quien más confianza le tengas. Hará lo mismo contigo.
Los mentores son diversos en su percepción de la confidencialidad. Como tu rol es más escucharlos y aprender que hablar de ti, puede ser que este tema no sea relevante. Observa cómo trata a otras personas y decide si estás cómodo con eso o al menos si la incomodidad te puede ayudar a crecer en la dirección correcta.
La ética y valores se notan en como viven y actúan. Observa detenidamente y confía en tu buen juicio.
Espero que estas consideraciones te sean útiles y que te ayuden a moverte hacia un coach o mentor que mejore tu vida. Si tienes alguna duda adicional espero tus comentarios aquí. Y si ya estás buscando un coach, usa esta forma y te contactaremos para una sesión gratuita en la que nos conoceremos y veremos si somos un buen match para ti. ¡Hasta pronto!